Resistencia a los antibióticos
Publicado el 18/04/2060
El gonococo cruel
Ya en el año 2011, la OMS alertó de la cada vez mayor resistencia que algunos gérmenes presentaban a los antibióticos. Algunas de las consecuencias de esta resistencia podemos intuirlos con facilidad, pero nuestro objetivo en este Apunte es analizar cómo gestionar los riesgos.
La banda sonora de la película española de 1987 “La vida alegre” contiene una canción del grupo Suburbano que se llama igual que la película. Puede parecerles una información irrelevante y prescindible entre nuestra serie de Apuntes para la gestión, pero si escuchan la canción entenderán el por qué hablamos de ella en este post: de ella sacamos el título, el gonococo cruel. Un gonococo que, lejos de lo que suele pasar, consigue alegrar la vida del “protagonista”.
Mucho nos tememos que esta es una licencia de los compositores y que ningún gonococo consiguió mejorar la vida de nadie. Y menos últimamente. Ya en el año 2011, la OMS alertó de la cada vez mayor resistencia que la Neisseria gonorrhoeae presentaba a los antibióticos.
Sin duda, este es un ejemplo de la progresiva resistencia a los antibióticos de muchos gérmenes y si lo mencionamos es porque recientemente la prensa generalista ha publicado la noticia de un paciente inglés (nada que ver con el de la magnífica película de 1996) que está infectado por un gonococo altamente resistente a los antibióticos. Todo ello en un contexto claramente incremental de las Enfermedades de Transmisión Sexual.
Algunas de las consecuencias (Resistencia a los antibióticos. Nota descriptiva. Octubre 2017) del incremento de las resistencias a antibióticos podemos intuirlos con facilidad:
- Mayor dificultad en el tratamiento de las infecciones, sean o no de alta incidencia. Sólo en 2016 hubo según la OMS y, en todo el mundo, 490.000 casos de tuberculosis multirresistente.
- Aumento de la mortalidad vinculada a las infecciones. Según algunos estudios, en el 2050 puede llegar a haber 10 millones de muertes debidas a infecciones causadas por gérmenes resistentes a los antibioticos.
- Aumento de las estancias hospitalarias.
- Incremento de los costes de la asistencia.
No es el objeto de estos Apuntes entrar en discusiones acerca de las causas del aumento de las resistencias a los antibióticos, aunque alguna de ellas hubiera podido ser abordada desde los ámbitos de gestión. El objetivo es analizar qué es posible hacer desde estos ámbitos para gestionar un riesgo que, más que verlo en el futuro, ya lo tenemos en nuestra casa.
El propio documento de la OMS (Resistencia a los antibióticos. Nota descriptiva. Octubre 2017) identifica acciones que implican a todos los actores que participan en el problema. Una de estas recomendaciones, en la que nos vamos a centrar, persigue la prescripción adecuada de los antibióticos por parte de los médicos. Evidentemente, son los médicos quienes deben tomar la decisión del tratamiento a realizar a los pacientes. Esto es incuestionable. Pero las organizaciones de salud, inducidas por sus equipos directivos, tienen también la oportunidad de desarrollar programas que aseguren el uso óptimo de los antibióticos. Incluso la Joint Commmission ha incluido un estándar vinculado a la necesidad de que las organizaciones que acredita dispongan de un programa de gestión de los antibióticos.
Un programa de estas características debe incluir, entre otras:
- Orientaciones claras del uso de los antibióticos en el ámbito de la organización (hospitalaria o no), sea como tratamiento de infecciones o como profilaxis en el caso de intervenciones quirúrgicas.
- Política de seguimiento de las prescripciones de antibióticos, pudiendo llegar, incluso, como sucede en muchos hospitales, a definir un procedimiento específico para la prescripción de determinados antibióticos.
- Un procedimiento de información y formación a los profesionales acerca del uso de antibióticos y de la aparición de resistencias, no únicamente en la organización sino aquellas que se estén identificando en otros lugares.
Las organizaciones de salud deben hacer lo posible para que no lleguemos tarde a la lucha contra la resistencia a los antibióticos. Ya hemos perdido mucho tiempo y oportunidades en esta batalla y muchos patógenos están mostrando nuevas resistencias a los tratamientos. Un paso comprometido en esta lucha es establecer políticas racionales y claras para el uso de la antibioterapia.